Planificación y control de la logística sostenible

Lista de control medioambiental

Esta serie de preguntas puede utilizarse como lista de comprobación para centrarse en las áreas clave que deben tenerse en cuenta en el sector humanitario:

  • ¿Qué riesgos medioambientales plantean las actividades de su organización?
  • ¿Los materiales que utiliza suponen algún peligro para el medio ambiente, el personal o los beneficiarios?
  • ¿Sabe qué impacto tienen en el medio ambiente el material que suministra (incluida su eliminación) y los servicios que presta?
  • ¿Conoce la cantidad o el tipo de residuos que produce?
  • ¿Sabe cómo se eliminan estos residuos o cuál es su coste?
  • ¿Su organización aplica el método más rentable para controlar o eliminar el riesgo de contaminación?
  • ¿Existen beneficios ocultos, como una mayor eficiencia, o incluso oportunidades empresariales directas (por ejemplo, el aprovechamiento comercial de los residuos) derivadas de la adopción de métodos alternativos para controlar o eliminar el riesgo de contaminación?
  • ¿Conoce las normas y la legislación medioambientales vigentes en el país en el que opera?
  • ¿Con qué mecanismos cuenta para controlar el cumplimiento de la legislación medioambiental?
  • ¿Participa activamente la alta dirección para garantizar que se preste la debida atención a las consideraciones medioambientales en su organización?
  • ¿Podría mejorar su imagen medioambiental de cara a los donantes y empleados? 
  • ¿Pone de relieve su actuación medioambiental ante los donantes?

Sistemas de gestión medioambiental

Se considera que las actividades de logística y transporte tienen un gran impacto en el medio ambiente. En consecuencia, las autoridades han empezado a desarrollar una importante legislación en la materia tanto a escala nacional como internacional. La comunidad internacional ha establecido objetivos para mejorar el comportamiento medioambiental a través de una serie de acuerdos y reuniones internacionales, desde la Cumbre de la Tierra celebrada en Río en 1992 hasta la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Río+20 en 2015 y las reuniones relacionadas con el cambio climático del Protocolo de Kioto, en particular el Acuerdo de París. Entre los acuerdos internacionales de especial relevancia para el personal de logística figuran los convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo sobre gestión de residuos, el Protocolo de Montreal sobre protección de la capa de ozono (que abarca sustancias como los gases de aires acondicionados) y el convenio de Minamata sobre eliminación progresiva del mercurio.

La mejor forma de gestionar el impacto ambiental es utilizar un planteamiento sistemático que ayude a las organizaciones a comprender todos sus efectos y abordarlos en algún tipo de orden de prioridad. La herramienta más común es un sistema de gestión medioambiental, entre los cuales el más conocido es el establecido por la serie de normas 14000 de la Organización Internacional de Normalización (ISO). La familia ISO 14000 aborda diversos aspectos de la gestión medioambiental y ha sido adoptada por más de 300.000 organizaciones de todo el mundo. Las tres primeras normas tratan de los sistemas de gestión medioambiental (SGM).

Las demás normas y directrices de la familia abordan aspectos medioambientales específicos, entre ellos:

  • Etiquetado.
  • Evaluación del rendimiento.
  • Análisis del ciclo de vida.
  • Comunicación y visibilidad

Estas normas proporcionan un marco para gestionar las cuestiones medioambientales en lugar de establecer requisitos de rendimiento. El proceso comienza con el compromiso de la alta dirección y la creación de una política medioambiental y desemboca en:

  • Documentar los impactos medioambientales, priorizarlos y fijar objetivos de mejora.
  • Concienciar.
  • Planificar cómo se cumplirán las obligaciones de las partes interesadas (incluidos los requisitos legales) y los objetivos.
  • Aplicación (incluidos los controles operativos).
  • Formación y comunicación con el personal.
  • Control de la documentación pertinente.

Vigilancia

Una vez establecido el SGM, se supervisa formalmente mediante un proceso de auditoría, que identificará cualquier objetivo incumplido, procedimiento no seguido o necesidad de nuevos procedimientos, y documentará las medidas correctoras necesarias para garantizar que el sistema cumpla sus objetivos. La dirección debe participar en este proceso y revisar periódicamente el funcionamiento del sistema. La revisión de los resultados puede llevar a modificar o actualizar la política o los objetivos, a la luz de los informes de auditoría o de los cambios producidos en las circunstancias. Este proceso debe fomentar un compromiso de mejora continua en la gestión medioambiental, así como garantizar que la organización no se vea expuesta por incumplir sus obligaciones legales y éticas.

Medición del rendimiento

Las organizaciones con sistemas de gestión medioambiental intentarán realizar un seguimiento de sus resultados. En este sentido, entre las medidas más sencillas podrían figurar:

  • Volumen de combustible utilizado para mantener en funcionamiento una operación durante un periodo de tiempo definido, en especial:
    • Vehículos operativos.
    • Generadores en funcionamiento
    • (Si es posible) combustible utilizado por terceros proveedores de transporte.
  • Mantenimiento y reparación adecuados de los equipos, tales como:
    • Supervisión del cambio o disminución en el rendimiento de generadores y vehículos.
    • Control del consumo de los equipos dependientes/de apoyo (neumáticos, filtros, etc.).
    • Eliminación adecuada de aceites y lubricantes usados.
  • Utilización adecuada del transporte, en particular:
    • No envío de buques vacíos o parcialmente cargados.
    • Utilización de recursos de transporte compartidos con otros organismos.
    • Comprensión de las necesidades del transporte internacional, especialmente los artículos transportados por vía aérea.
  • Fijación de objetivos de reducción de residuos, entre otros:
    • Minimización del deterioro y la caducidad de los artículos almacenados.
    • Reducción de los requisitos de embalaje de los artículos de socorro.
    • Eliminación respetuosa con el medio ambiente de productos caducados.
    • Garantía de un plan de eliminación adecuado para todos los artículos.